Terrassa cambia de luz

Terrassa ha cambiado de luz. Gracias a un nuevo proyecto urbanístico impulsado por el ayuntamiento, la ciudad catalana ha modernizado su iluminación instalando luminarias LED de siete fabricantes diferentes. Mediante un esquema de control SSL y con la utilización de controladores Tridonic ha conseguido una excelente homogeneización en todo el proyecto.

Según los detalles que ha revelado el fabricante de controladores LED Tridonic, el proyecto ha cambiado 29.000 puntos de luz en la ciudad. Uno de los factores más relevantes para el éxito de este era reducir la huella medioambiental lo máximo posible. El ayuntamiento, en colaboración con la empresa líder del sector en conservación y explotación de infraestructuras urbanas y interurbanas imesAPI SA, instaló controladores Tridonic para cada luminaria con el fin de lograr una unificación en la apariencia y una buena funcionalidad de control. El resultado es una iluminación urbanística regulable, de óptima calidad y de bajo consumo.

El resultado es una iluminación urbanística regulable, de óptima calidad y de bajo consumo.

El proyecto se inició en 2013 con el objetivo de ahorrar 17.000 MWh de electricidad al año. Pero no fue hasta 2019 cuando el proyecto de modernización de la iluminación se financió como parte de un proyecto de protección del clima de mayor duración llamado Terrassa Energia Inteligente.

Albert Marín, gerente de proyectos de ciudad inteligente de Terrassa, afirma que el proyecto involucró una amplia combinación de fabricantes debido a los diferentes tipos de luminarias que se requería instalar. La mayor parte de este se localizó en iluminación exterior, pero el alcance varió desde alumbrado público hasta iluminación de fachadas e iluminación de áreas peatonales. Los fabricantes incluyeron grandes proveedores globales como Signify y Schréder, y fabricantes regionales y especializados como Novatilu, Carandini y Disano.

El equipo municipal de Terrassa quería uniformidad en cuanto a la calidad de la luz. Querían una luz de calle, un rascador de pared y una luz de paso peatonal para que en conjunto se pudiera atenuar a lo largo de una curva de cromaticidad similar. El principal requisito para la unificación era que todos los productos tuvieran la capacidad de realizar funciones de ahorro de energía, como por ejemplo atenuar la luz a altas horas de la noche o cuando no había tráfico.

Finalmente, todas las nuevas luminarias fueron equipadas con controladores de la familia de productos Tridonic ADV (avanzado). Uno de los beneficios de los controladores es que permiten múltiples formas de programación en curvas de atenuación. Tridonic tiene un programador dedicado llamado U6Me2. Y las luminarias se pueden programar mediante NFC (comunicaciones de campo cercano) inalámbrica o mediante la tecnología Tridonic ready2mains que opera a través de la red eléctrica.

Uno de los desafíos de mayor dificultad para este proyecto urbanístico era el problema de la interoperabilidad. Hay situaciones en que los controles en un entorno de múltiples proveedores pueden ser un problema. Aún así, uno de los ejemplos más destacados como ejemplo de interoperabilidad es la ciudad de Estocolmo: propuso que todos los productos implementados en el municipio cumplieran con los estándares del Consorcio TALQ (TALQ permite que islas de diferentes tecnologías de red estén todas conectadas al mismo CMS, sistema de gestión central, pero eso no significa que todos los nodos de una red municipal tengan un conjunto similar de funcionalidades de luminarias).

Uno de los desafíos de mayor dificultad para este proyecto urbanístico era el problema de la interoperabilidad.

Otro de los éxitos a remarcar del proyecto es la combinación de funciones y la capacidad de control autónomo y programático. Es decir, las luces de la ciudad pueden atenuarse según la hora del día en cualquiera de los ocho niveles y también pueden reaccionar al tráfico. Por ejemplo, los productos instalados cerca de paradas de autobús y estaciones de tren integran sensores de ocupación que aumentan los niveles de luz cuando hay peatones presentes.

El resultado, como afirma Marin, es “una excelente iluminación exterior, la cual ahora es extremadamente confiable y más eficiente que nunca; un hito importante en la lucha contra el cambio climático”. Y los datos lo confirman: la combinación de controles y tecnología LED ha producido una reducción aproximada del 80% en energía para el sistema de iluminación exterior de la ciudad. La ciudad proyecta ahorros de 12.200 MWh anuales. De esa forma, y en el marco de la iniciativa de Terrassa Energy Inteligente, la ciudad se ha embarcado en otro nuevo proyecto centrado en iluminación interior.